viernes, julio 27, 2012

Machu Picchu y Florencia

Los que me conocen saben que cuento a menudo la anécdota en la que yo quería conocer el Machu Picchu. Tras mucho planear el viaje salí con mi novia de entonces desde Buenos Aires hasta Salta en autobús. Fue un viaje muy largo de más de veinte horas. Tras innumerables aventuras que algún día contaré y tras mes y medio de viaje por Chile y Bolivia y Perú llegamos agotados a Cuzco, donde nos quedamos una semana. Estábamos muy cerca de la meta. Pues bien, no fuimos al Machu Picchu. ¿Por qué? Pues porque caímos enfermos tras tanto viaje, y cuando fuimos a comprar los billetes de tren no quedaban más que para la semana siguiente y no podíamos más de viajar y queríamos volver a casa. Así que volví sin ver el Machu Picchu. En el fondo me alegré porque además me parecía un plan demasiado turístico y como concepto de viaje es genial ir a ver el Machu Picchu y no verlo Pues esta mañana, yendo al supermercado a comprar Gorgonzola para mezclarlo con unas endivias, (una variante de las famosas endivias con roquefort), me estaba acordando de ese viaje. ¿Por qué? pues porque llevo varios días en Florencia, divina pero super turística ciudad, y todavía no he ido a ningún museo. Quiero ir a la Galería de los Uffizi pero por una cosa o por otra no la hago. La culpa la tiene en parte lo bien que estoy en La Maison Bio de Lorenzo Paretti que encontré por airbnb.com, la nueva forma de viajar. La casa es genial, ya me ha presentado a sus amigos, el sábado tenemos concierto y cena para veinte personas. Y además está un poco alejada del centro con lo cual no hay turistas y tengo la oportunidad de hacer vida de barrio. Hace poco leí un artículo de Paolo Coelho en el
que decía que cuando se viaja no hay que ir a museos, sino a bares, hablar con la gente, tratar de ver cómo es la vida de verdad en ese lugar. Estoy totalmente de acuerdo con él, y lo estoy haciendo. Soy uno más del barrio...¡Pero yo sigo intentando ir al museo!

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