Ya llevo más de dos semanas en Harare. Uno de mis alumnos es mi chófer, pues no me atrevo a conducir. Van por la izquierda, está lleno de baches, las furgonetas/autobús paran cuando les da la gana y a ellos no se les ve de noche cuando cruzan las calles por donde les da la gana… Así que no me atrevo. Por otro lado mejor, pues así Ray, que también es pianista y alumno mío, me lleva a donde le da a él la gana, más que a donde yo quiero ir.
El fin de semana, camino de no sé dónde paramos en la boda de un amigo suyo. Fue genial, yo era el único blanco. Era en un jardín precioso, y delante de la pista de baile habían puesto unos muebles de cocina que eran el regalo de boda o la dote, no sé. Pero era curioso verlos tan elegantes bailando delante de unos muebles de formica. He grabado un vídeo de los novios bailando con los testigos que en cuanto llegue a Europa subiré porque aquí el internet va lentísimo. ¿Qué es peor, no tener internet o tenerlo lentísimo?
El domingo fuimos a lo que supuestamente era un concierto por la mañana de dos alumnas mías. Insistieron mucho en que fuera, estaban muy ilusionadas en que el profesor fuera a verlas en vivo. Allá que fuimos, media hora en coche saliendo de la capital hasta el Gueto de Marimba. Cuando llegamos nos hacen entrar en una especie de cobertizo metálico enorme como los que usamos en España para las ferias. Estaba petado de gente y en el escenario un señor trajeado con un micrófono inalámbrico le gritaba a un tipo que estaba en el suelo en trance: “Out, out, get out!”. Por lo visto estaba expulsándole un demonio del cuerpo. Yo al ver aquello, más la cola de gente esperando medio en trance recitando letanías para que les sacaran a ellos el demonio, más el calor y el olor a humanidad, me empecé a marear y tuve que salir por piernas del asunto. Ahora hay quien dice que salí corriendo porque tengo un demonio dentro y no me lo quiero sacar… Quizá tengan razón.
Las clases van muy bien, han salido canciones muy buenas de este taller. A partir del lunes las grabaremos en un estudio de grabación y trataré de colgarlas para que las podáis escuchar.
Los zimbabuanos son un auténtico encanto y muy pacíficos. No he visto ni un solo enfado o pelea en todo este tiempo. Sonríen mucho y siempre te dicen “Hola, ¿cómo va eso?” a lo que tú contestas lo mismo sonriendo y ya está, ¡cómo va a haber mal rollo! Por eso me parece muy normal y nada frustrante que vayas a la gasolinera y no haya gasolina, y la electricidad funcione sólo a veces. También los móviles hacen lo que les da la gana, no iban a ser menos.
En cuanto a los coches, en cambio, casi siempre funcionan y son la mejor publicidad para Toyota y otras marcas japonesas, abarrotados como van siempre.
Seguiremos informando, saludos a todos.
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1 comentario:
El demonio no, toda la corte del Averno!!
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