sábado, septiembre 29, 2012
Berlin Cabaret
Ayer estuve por fin en un Cabaret. En Berlín, a pesar de lo que la gente cree, no hay Cabaret. Bueno, hay lo que los alemanes llaman Cabaret, pero suelen ser espectáculos tipo stand-up comedy sobre temas políticos, no la idea de espectáculo musical y cómico, y sobre todo un poco irreverente y estrafalario que tenemos en la cabeza.
El local, el Badehaus, es un lugar acogedor, alternativo, con un escenario no muy grande pero donde cabían más o menos bien los cinco músicos, más los cantantes.
Fuera del escenario varios personajes más, vestidos como esperamos en un Cabaret, hacían de agitadores, tenían monólogos y a veces también cantaban. Mucha variedad, de ahí el nombre de "espectáculo de Varietés".
El caso es que para suerte de la compañía y sobre todo del público, tuvimos la oportunidad de disfrutar en directo de un auténtico duelo de titanes que eclipsaron a todos los demás. Estoy hablando de Paloma Lirola y de mi querida Rebeca Hiles, grandísimas artistas, auténticas reinas del escenario. Las dos dotadas de estupendas voces, pero sobre todo de esa cualidad que tan poca gente tiene: ser "artistas". Porque una cosa es ser cantante y otra artista.
Hoy en día todo el mundo se cree que puede ser artista. Incluso la gente se cree capaz de reconocer a uno. Yo que tengo el culo pelado de trabajar con artistas y con gente que se cree artista, (son ya casi 30 años, qué barbaridad) los reconozco en segundos. Y cuando hay uno actuando disfruto como un niño, vuelo, se me olvidan las penas, no siento el cuerpo, el tiempo se detiene, quiero subir al escenario a besarlos y a tocar con ellos, quiero trabajar con ellos, invitarles a algo, ayudarles...
Ellos a veces saben que lo son, pero muchas veces no. Me imagino que se preguntan porqué mis piropos son tan excesivos, mis gritos de emoción y de ánimo desde la butaca.
A menudo tampoco han sido descubiertos, y los pobres artistas verdaderos luchan por sobrevivir mientras ven que otros que no son artistas viven como reyes, (eso sí, por poco tiempo, porque lo que es cierto es que los que no lo son no engañan más de cinco o diez años como mucho...)
En la primera categoría están estas dos "monstruas" que vi ayer: tr
emendas artistas.
Aún hoy siento la electricidad que transmiten, la seguridad que tienen sobre las tablas pues el escenario es mucho más cómodo que el salón de sus casas. Además de sorprendernos con por lo menos cuatro cambios de vestuario, eligieron las canciones super bien. Divina la recreación de Rebeca del "I want to break free" de Queen, vestidita totalmente de señora de la limpieza con su aspiradora y todo. Y qué decir de Paloma y su versión de "Like a virgin/like a prayer" con su tutú blanco. Y qué buena versión de las dos juntas del "Lili Marlen", qué impresión escuchar esa canción en Berlín, se me encogía el corazón, como cuando vi en el cine al aire libre, al lado de mi casa en el parque Freidrichshain "El gran dictador" de Chaplin. ¡Cómo se reían los alemanes cuando Chaplin hablaba en alemán inventado! Qué gran momento en mi vida berlinesa...
En fin, ayer tenía un día raro, me sentía un poco solo y triste, pero con el Cabaret se me curó. ¡Benditos artistas!
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