El viernes pasado fue un día importante en mi vida. Volví a tocar el bajo en directo. Fue en Berlín, en el Zoscht, acompañando a la reunión de bailarines de claqué organizada mensualmente por mi amigo Lucas. Éramos batería, saxo, trombón y bajo e hicimos temazos del soul, entre ellos, I feel Good de James Brown. Mi bajo, un Fender Jazz Bass negro que compré en el 2000 y que llevaba años parado... El mismo que uso en este vídeo.
¡Disfruté muchísimo! Al día siguiente fui a ver la Pasión según San Mateo en la Filarmóncia de Berlín, dirigida por Simon Rattle. Impresionante, me emocionó el coro de los niños y ver que la chica de al lado lloraba más que yo, qué maravilla.
Estoy ya preparándome para mi viaje a Zimbabwe el 26 de este mes. Vuelvo a impartir mi taller de composición, estaré casi un mes enseñando a 50 alumnos cómo hacer una buena canción comercial. Ya os iré contando como el año pasado.
Esta noche canto en Berlín, en el Soupanova, mi tercer show en Berlín.
La vida es bella.
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