
La verdad es que es una buena manera de salir de la rutina y de inventar un nuevo modo de interesar al público. Bueno, la verdad es que no se inventa nada pues me recuerda a la música de cámara del s.XIX. Es el mismo concepto, tocar en un salón.
La organización, a cargo de Quela Faubel fue sencillamente perfecta. Ella lleva años con este proyecto en España, haciéndolo por distintas ciudades españolas de una manera desinteresada. Es, como dicen acá en argentina, "una genia".
Tras el concierto nos fuimos a tomar algo por ahí y a charlar, los españoles exiliados, sobre nuestros problemas laborales, de adaptación a Alemania... Recuerdo un tipo muy interesante de un pueblecito de Murcia que había viajado mucho y vivido en China que hablaba de cómo los de su pueblo lo más lejos que habían ido era a la playa de Águilas y que él era un bicho raro.
Hacía frío en Berlín ese día pero todos terminamos con sensación de calor en el corazón.
¡Gracias Quela!